Los crímenes con letras de Diego Fonseca & sus Doppelgänger neuróticos
La culpa es de mis maestras y profesoras de Lengua y Literatura. No se salva ninguna. En el primario y el secundario alimentaron a la bestia. Yo, aseguraban, tenía destino de escritor. Y yo les creí tanto que empecé por donde mejor me salía: cartas a chicas. Si lloraban donde debían llorar, reían donde había que reír y se apretaban el papel contra el pecho al final, yo era Gardel, Le Pera y La Liga de Guitarristas de Robert Fripp.
Seguí en la universidad, donde le metí letra a todo. No se salvaron ni las paredes. Por un momento creí que era una cruel ironía; quizá mis maestras habían visto bien mi destino de escritor pero no la plataforma. Luego siguieron los textos para novias, cierto existencialismo barato, algunos juegos de letras sin pensar y varios experimentos alucinados. Lo que no perdí, lo quemé.
Y no paré. Ya no era que fuese periodista, era que comía letras, bebía letras y las empujaba hacia su destino final. Pero nunca publiqué. Mi excusa permanente era una definición personal, profundamente sentida. “Para el periodismo tengo la piel de un lagarto: pueden decir lo que quieran de mis historias pero detrás están los hechos”, decía. “Pero para la literatura tengo la piel de un bebé: detrás del texto estoy yo”.
Tamaña cobardía se acabó gracias a varios amigos y amores y a cierto tiempo libre. El resultado es el blog El Gemelo Malvado, destino de relatos, cuentos, historias breves, ensayos literarios, microrelatos y fantasías.
Esos ejercicios de ficción y no ficción nacieron en los últimos diez años y están viendo la luz ahora. Sólo tienen sentido si a sus lectores les entusiasman, les hacen doler el estómago, les salvan la hora o, al menos, no les arruinan el día. Aquello de sólo conseguir chicas quedó en los años tiernos. Si alguien ahora se apoya en el pecho un texto mío es porque se manchó con pizza.
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Que el bombo no te arruine la Lacoste
Qué fue de Egoland
Previo a ceder su lugar a “La Revoluta”, el blog Piquetero VIP nació para ser depositario de las historias de Egoland, país rico en llanuras donde se tira una semilla y crece de todo, menos algún sentido de la estabilidad.
En esa tierra de adolescentes en fiesta permanente, nadie piensa en madurar. Sus habitantes postergan tan temeraria idea para cuando estén viejos y achacosos y ya no puedan entrar a las discos, quede mal decir “vieja” y “fierita” o hacer paros dos días por semana. Y a veces, ni eso.
El ridículo está escrito en el ADN de Egoland. Lo inverosímil, que puede superar todo disparate imaginable, es corriente como una necesidad fisiológica. Las historias del llamado País Petiso —chiquito, retobado y agrandado— cuentan con la participación necesaria de su Prima Donna, Lady Botox. La secundan sus cancerberos reales, Las Camisas Negras De Elías, y prestan inestimable colaboración Los Gordos, BJ MoyAss, El Primer Cónsul Nesta Nestorum, el Partido Perdonista y cuarenta millones de actores secundarios, entre otros seres menores.
La decadencia terrenal de Egoland no puede estar completa sin José Ingenieros Industriales, Piquetero VIP, los Terratenientes Minifundistas, El Extranjero y José Súper Soja, un héroe desgraciado.
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Piquetero VIP cedió finalmente su lugar a “La Revoluta” (Diego Fonseca, 1998). Sin vocación anticipatoria, la novela narra un antiguo conflicto rural devenido en revolución —presuntamente marxista, seguramente marciana— en un olvidado caserío rural de Córdoba, en Argentina.
El poblado, Estación Alicia, lleva tres décadas sin energía eléctrica y cuando reciba la visita inesperada de un periodista de Buenos Aires su rumiante existencia se hará añicos. Panaderos militaristas, una maestra insomne que inventa la historia argentina y jornaleros aburridos se enfrentan a la ley, el orden y el dinero armados con una radio de onda corta y cien kilos de bosta de vaca.
La novela trasciende el paisajismo político y asume con ironía los entretelones de un pueblo que perdió treinta años de historia sin preocuparse demasiado. Su estado de confusión permanente lo ha dejado viviendo en un pasado que se empeña en revivir. (Los redactores de los trailers de Hollywood se acaban de cortar los dedos y Michael Crichton es un solo llanto, macho.)
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Blog de análisis y periodismo. Reproduce textos publicados en medios internacionales y apuntes del día sobre economía y política. O sea, dinero y poder. Si tu estómago no lo tolera, Alka-Seltzer.
No hay mucho más que explicar pero bastante que debatir.
